Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima.
¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y el dejarte despierta noches y noches? ¡De nada!
¡Sirvió para echarme fuego encima!
Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad.
¡Cuando las cosas llegan a los centros, no hay quien las arranque!
"Bodas de sangre"
FEDERICO GARCIA LORCA